Desde Legado a las Américas expresamos nuestro dolor por el asesinato de Charlie Kirk
La voz de Charlie Kirk fue apagada, pero su legado seguirá inspirando a millones de jóvenes a defender los valores de Occidente con la pluma y la palabra, nunca con la violencia.
El asesinato, el pasado 10 de septiembre en la Universidad de Utah, de Charlie Kirk —líder del movimiento juvenil conservador Turning Point USA (TPUSA)— constituye una tragedia que hiere no solo a su familia y a sus seguidores, sino a toda la sociedad que cree en la fuerza de las ideas y en el debate democrático.
Charlie nunca llamó a la violencia ni a la agresión. Su lucha se dio siempre en el terreno de las palabras y de la convicción, defendiendo los valores de su fe cristiana, la dignidad de la familia, el derecho de los padres a decidir la educación de sus hijos, y la necesidad de resistir la imposición de ideologías y de un relativismo moral que amenaza con socavar las raíces de Occidente.
Su asesinato nos recuerda la advertencia del Papa Benedicto XVI: “Cuando el relativismo moral se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abren las puertas del totalitarismo.”
Hoy más que nunca, debemos reafirmar que el camino hacia una sociedad libre y fuerte se construye en el debate abierto de ideas, sin miedo a la verdad. Nadie debería ser silenciado por expresar convicciones, y quienes se victimizan alegando discursos de odio deben ser consecuentes, pues con frecuencia utilizan ese mismo odio contra quienes piensan diferente y se atreven a hablar con valentía. La voz de Charlie Kirk fue apagada, pero su legado seguirá inspirando a millones de jóvenes a defender los valores de Occidente con la pluma y la palabra, nunca con la violencia. Que su memoria nos fortalezca para seguir construyendo un futuro donde la verdad no se calle y la libertad prevalezca.

