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El Impacto Geopolítico de Los Aranceles de Trump en América Latina

✍️ Por Guillermo Pacheco Gaitán.1

América Latina debe construir su propia agenda de desarrollo soberano para tener voz propia en el reordenamiento global.

Introducción

En 2025, durante su segunda administración, el expresidente Donald Trump impuso un paquete de aranceles recíprocos que afectó a más de 68 países, incluyendo varias naciones de América Latina, con tasas que variaron entre 10 % y 50 % según el socio comercial. Aunque originalmente los aranceles buscaban sancionar desequilibrios comerciales y reforzar la seguridad fronteriza, los impactos se extendieron mucho más allá: reconfiguraron alianzas, tensionaron relaciones diplomáticas y aceleraron dilemas de dependencia estratégica en la región. Este análisis corresponde a un periodo crucial de reordenamiento regional, donde América Latina se encontró, por primera vez en décadas, ante la necesidad urgente de repensar su autonomía geoeconómica.

1. Transformación de los aranceles en arma geopolítica

La administración Trump recurrió al arancel como herramienta de influencia política, no solo económica. Los nuevos gravámenes fueron implementados de forma recíproca y diferenciada, impactando a países con los que Estados Unidos tiene déficits comerciales significativos. En muchos casos, los aranceles respondían a incentivos ideológicos o estratégicos más que a desequilibrios comerciales objetivos. La medida contra Brasil —un 50 % sobre cerca del 35 % de las exportaciones brasileñas hacia EE. UU.— fue instrumentalizada en defensa de intereses vinculados a figuras políticas como Bolsonaro, pese a la ausencia de razones comerciales sustanciales.

2. Impacto directo: México y Brasil bajo la lupa

México

Desde marzo de 2025, México fue blanco de un arancel general del 25 % sobre las importaciones estadounidenses, supuestamente ligado al narcotráfico y la migración ilegal. Gracias al USMCA, México logró evitar muchas de las tarifas directas, aunque el impacto en sectores sensibles como el automotriz y el acero continuó siendo significativo. Sin embargo, su rol como destino preferente para nearshoring —con su participación en importaciones de EE. UU. creciendo del 13.6 % en 2018 al 15.5 % en 2024— les otorgó resiliencia competitiva frente a otros mercados.

Brasil

Brasil enfrentó aranceles del 10 % como piso mínimo, y posteriormente gravámenes del 50 % dirigidos a exportaciones estratégicas. Aunque se excluyeron productos claves (café, jugo de naranja, aeronaves Embraer), el anuncio generó miedo en el sector agroindustrial y alimentario. La respuesta del gobierno de Lula fue medida: evitar represalias inmediatas, enfocarse en subvenciones internas y presentar quejas ante la OMC en lugar de adoptar frentes de confrontación directa. Acciones que no evitaron que además Trump aumentara el arancel a Brasil en un 40 %, acusando al Gobierno brasileño de “graves violaciones de derechos humanos que han socavado el Estado de derecho en Brasil”.

3. Respuesta estratégica y realineamiento geopolítico

La reacción frente a los aranceles desnudó una dialéctica entre dependencia y autonomía. Mientras China consolidaba su presencia estratégica en la región como proveedor de infraestructura, tecnología y préstamos blandos durante este periodo de conflicto comercial, varios estados latinoamericanos comenzaban a reconsiderar su alineamiento tradicional con EE. UU.

Bolivia [10%], Venezuela [15], Nicaragua [18%] y El Salvador [10%], entre otros, recibieron aranceles del mínimo entre 10% -18%, lo cual despertó en muchos casos el rechazo ciudadano hacia el intervencionismo estadounidense. La encuesta LatAm Pulse para Bloomberg (mayo 2025) mostró que, salvo Argentina, la mayoría de los países de la región prefieren aumentar el comercio con China vs. EE. UU.

4. Vulnerabilidades estructurales reveladas

La oleada arancelaria expuso tres grandes debilidades regionales:

  1. Dependencia exportadora extractiva: gran parte de los países de la región exportan materias primas o bienes de bajo valor agregado, lo que los deja vulnerables a cambios abruptos en las condiciones del mercado.
  • Fragmentación institucional/diplomática: la ausencia de una estrategia común como bloque regional (ALADI, CELAC o Mercosur) impidió respuestas colectivas coordinadas ante las medidas unilaterales de EE. UU.; esto contrastó con modelos de integración más cohesionados en otras regiones.
  • Capacidad limitada de respuesta política: muchos gobiernos latinos no poseen instrumentos para responder: desconocen procesos de arbitraje comercial, no cuentan con reservas estratégicas y dependen de asistencia externa para amortiguar impactos económicos.

5. Dinámicas internas nacionales y discursivas

Las políticas de Trump alimentaron discursos populistas y nacionalistas con diversos efectos políticos:

  • En México, la presidenta Claudia Sheinbaum optó por una estrategia diplomática cuidadosa, retrasando retaliaciones y evitando crisis directas, lo cual benefició su popularidad frente a una ciudadanía adversa a confrontaciones internacionales excesivas.
  • En Brasil, la imposición de aranceles forjó un efecto cercano a lo inverso: aumentó el respaldo a Lula da Silva como defensor de la soberanía nacional frente a la intromisión estadounidense. El intento de Trump de aliarse con Bolsonaro terminó fortaleciendo al actual gobierno y agudizando tensiones políticas internas, que repercutieron en el arancel extra de 40%.
  • En Colombia, una prohibición del presidente Gustavo Petro a recibir deportaciones en vuelos militares provocó retaliaciones inmediatas: Trump impuso aranceles del 25 % sobre productos colombianos, subiendo incluso al 50 % si Petro no revertía su posición. La rápida resolución mediante un acuerdo diplomático mostró el alto costo político de la confrontación unilateral, habiendo logrado al final un arancel del 10%.

6. Reflexiones estratégicas y lecciones a futuro

Este ciclo de aranceles deja aprendizajes indispensables:

  • América Latina debe diversificar socios comerciales y profundidad sectorial para reducir dependencia individual por país. El nearshoring hacia México y Centroamérica es una oportunidad estratégica, pero no aún respuesta integral.
  • La región requiere una diplomacia económica multilateral sólida, bajo plataformas de integración política y comercial que puedan actuar con voz unificada ante presiones externas.
  • Invertir en infraestructura productiva y tecnológica con enfoque regional: promover la industrialización, diversificación agrícola, energía renovable y tecnología local que dé más autonomía estratégica.
  • Incorporar pensamiento prospectivo en la conducción política para anticiparse a posibles medidas unilaterales y responder con medidas preventivas, no solo reactivas.

Conclusión

Los aranceles de Trump no fueron solo una sacudida comercial: representaron una herramienta de presión política geoestratégica y un llamado de atención sobre las vulnerabilidades estructurales de América Latina. Sin integración estratégica ni autonomía propia, la región corre el riesgo de seguir reaccionando ante decisiones impuestas, y no ser un actor proactivo en el reordenamiento global. Pero también hay una oportunidad: el escenario invita a América Latina a construir su propia agenda de desarrollo soberano, innovación institucional y protagonismo internacional. Solo así podrá trascender como una región con voz propia, capaz de forjar alianzas estratégicas, no dependencias estructurales.

  1. El Dr. Guillermo Pacheco es Director de Asuntos Internacionales del Security Collage US ↩︎

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